No os cuento nada si os digo que en un telesilla los asientos van sujetos a un cable metálico. ¿Pero sabías que se necesitan tres pasos para instalar este cable?

En primer lugar, se instala un cable de aproximadamente 15 mm de diámetro mediante un helicóptero. Luego, esta cuerda tira del cable final a través de las estaciones y sobre todos los pilones. Por último, debes conectar los dos extremos del cable mediante un empalme. El cable se convierte entonces en un bucle infinito.

¿Cómo se construye el cable de un remonte?

En realidad, el cable de un remonte está formado por multitud de pequeños cables metálicos y un núcleo de plástico que sirve de soporte.

Estos múltiples cables pequeños están conectados en hélice y forman lo que se llama hilos. Luego, estos hilos se enrollan helicoidalmente alrededor del núcleo del cable.

Las ventajas de un núcleo de plástico compacto son múltiples:  

  • El diámetro y la longitud son muy estables en el tiempo.
  • Los hilos quedan perfectamente sostenidos porque lleva su huella.

¿Qué es un empalme, por qué y cuándo realizarlo?

Ahora que sabemos cómo se fabrica un cable, centrémonos en el empalme. Como recordatorio, se trata del ensamblaje de dos cuerdas, o cables, que se realiza uniendo sus extremos. Este proceso se utiliza desde hace mucho tiempo, especialmente entre los marineros que navegaban en los cabos de los veleros. Incluso hoy en día, un empalme largo es la única manera de obtener un bucle cerrado sin cambiar significativamente el diámetro del cable.

En el caso de un remonte, es necesario realizar un empalme al instalar un cable nuevo o cuando es necesario acortar un cable estirado por varios años de servicio.

En la práctica, ¿cómo se hace un empalme?

Realizar un empalme, o empalme, es una operación delicada y casi enteramente manual.

Debes saber que realizar un empalme está estandarizado. Su longitud, por ejemplo, debe ser igual o superior a 1200 veces el diámetro nominal del cable. En el caso de un telesilla con cable de 45 mm de diámetro, esto significa que el empalme debe tener una longitud total de 54 m.

Por lo tanto, comenzamos desenrollando los hilos de cada extremo del cable para llegar a esta longitud.

Luego los hilos se rebobinan juntos. Este sencillo trenzado proporciona suficiente fricción para que los hilos no se deslicen ni se separen entre sí.

Para evitar que todos los hilos salgan del cable en el mismo lugar se hacen “nudos”. Esta operación consiste en retirar el alma del cable unos metros para sustituirlo por uno de los torones. La hebra previamente habrá sido cortada, enderezada y envuelta en plástico para que tenga el mismo tamaño y consistencia que el núcleo. Por último damos unos golpecitos en el cable para que “tense” bien y evite que se relaje al tensar. También en este caso es muy preciso ya que en la ubicación de los nodos, el diámetro del cable no debe variar más de un 10%. Esta operación se realiza en varios puntos del empalme y tantas veces como torones componen el cable.

Una vez realizados todos los nudos, el cable se vuelve a tensar progresivamente y ¡está listo para transportar los asientos y los esquiadores!

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